¿Y MI DIGNIDAD?

Todo ser humano pasa por varias etapas, que dejan tan marcada el alma que quisiéramos volver a repetir, claro si son buenas, y si son malas las tomamos como experiencia de vida, casos ajenos a nosotros que incitan a hacer las cosas de diferente manera y siempre con el toque que nos caracteriza como persona.

Que hermoso y que triste es el desamor, la llegada de llorar, de querer volarte la cabeza para no seguir pensando en eso que nos partió el alma en mil pedazos, tener la decisión de hablarle a ella antes que ella a ti pero siempre pensamos en; “si le hablas parecerás que estas rogando”, o “si te habla viceversa·, pero te has puesto a pensar ¿Qué está más allá de todo esto? Porque digo es hermoso, porque tienes 10% de esperanza o más o menos de que se puedan solucionar las cosas, de que te quitas todos los malos pensamientos para poder decir si, voy contigo y voy con todo, a definir y modificar mis imperfecciones, o en su lugar, que cada quien se vaya por el camino que realmente quieres porque así lo desiste tu y no las tendencias. El autoestima de uno va más allá de lo que la gente cree que eres, va más allá de lo que te pasó o de como te trataron, porque nos podrán decir de lo peor, pero al final quedas tu y tus propias decisiones que estarán basadas en lo que realmente tu crees que eres.

Siempre al principio de todo nos forjan valores que esos son los que marcarán como nos traten las demás personas, porque los limites los ponen tus valores, realmente ¿que necesitamos para poder hacer respetar nuestros valores? ¡Nuestros propios valores! ¡carajo! ¿Cuándo perdimos esa noción de que nos respeten y que respeten nuestro tiempo?

Simplemente cuando te respetes tu mismo vas a querer que los demás te traten como tu lo haces, cuando realmente sientas que te quieres más que a cualquier persona, porque entre decisiones esta el hecho de ponerte a ti primero y luego a los demás, porque realmente estás viviendo tu vida de diferente forma y no de la forma que tu necesitas o quieres.